"Creciendo con valores Cristianos"

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viernes, 29 de agosto de 2014

MEDIDAS DE TIEMPO

COMUNICACIÓN LINGÜÍSTICA

EDUCACIÓN EMOCIONAL.


Enseñanzas para la vida, Educación emocional




Educación Emocional
Numerosos estudios científicos demuestran que los niños con habilidades emocionales son más felices, más confiados y tienen más éxito en la escuela. A su vez, estas habilidades serán las bases que darán lugar a adultos responsables, seguros, sanos y prósperos. En efecto, actuales descubrimientos corroboran que el 80 % del éxito que obtenemos en la vida, está basado en dichas habilidades. Pero, ¿podemos incrementar las habilidades emocionales en las personas? Sí podemos. Esta simple aseveración descansa sobre uno de los hallazgos científicos más importantes de la Inteligencia Emocional, que revela que las habilidades emocionales ¡son aprendidas! Entonces, ¿cómo transmitir estos recursos a los niños? Haciendo Educación Emocional tanto en las escuelas así como en a las casas, donde tanto padres y docentes trabajemos en equipo con una mirada comprensiva de la unicidad de cada niño.
Reflexionemos: ¿de qué sirven competencias en matemáticas o buenas calificaciones académicas si el joven está depresivo o consume drogas? Es que en el siglo XXI lo importante ya no es la transmisión de conocimiento, sino la dinamización de recursos y mantener sanas a las personas. El que aprenda y memorice fechas de batallas históricas o reglas lingüísticas, hoy no es lo esencial. Fijate, toda persona con un teléfono celular desde cualquier centro urbano puede acceder a un corrector de texto, calculadora y a más información que la existente en una biblioteca entera, y todo ello en cuestión de segundos con presionar unos pocos botones. En la era digital la información está al alcance de todos. El modelo educativo vigente, que sigue la inercia de un movimiento iniciado más de un siglo atrás por Sarmiento, es anacrónico y no se condice con las necesidades sociales actuales, pues continúa haciendo hincapié en lo académico en detrimento de lo emocional. En estos días vemos claros síntomas de una sociedad gravemente enferma. Abundan casos de niños y jóvenes entre los que pulula el consumo de drogas, promiscuidad, riñas, discriminación, accidentes automovilísticos, violencia, bullying, depresiones, vacíos existenciales y espirituales, consumismo, bloqueos, entre otras señales que no vaticinan buen destino en la dirección tomada. Señales que ameritan una reflexión sobre qué tipo de educación es la que necesita la sociedad actual, y principalmente la futura a mediano y largo plazo.
Si le preguntás a cualquier madre o padre qué quiere para su hijo, todos, palabras más palabras menos, en su sano juicio dirán: “¡que sea feliz!”. En este sentido asegurarán que buscan darle la mejor educación, de modo que tenga más recursos para alcanzar sus objetivos –lo que en algún punto traería felicidad-. Pero quizá desvelados por proveerles los medios, hemos olvidado los fines y ponemos el carro por delante de los caballos. Tal es así, que si indagás por los fines y preguntás qué es ser feliz, muchos no sabrán qué decirte. Entonces, reflexionemos un momento sobre la felicidad: ¿Qué es lo que nos hace verdaderamente felices? ¿Es lo que tenemos? No, si así fuese, los millonarios exudarían felicidad. ¿Es lo que nos pasó en la vida lo que tiene el poder de hacernos felices o infelices? Tampoco, la Resiliencia demostró que muchas personas que vivieron situaciones muy duras pueden sobreponerse como adultos felices. Tampoco son las características físicas de cada cual, ya que las investigaciones científicas dan cuenta que la depresión tampoco incide mayormente en personas con discapacidades -de nacimiento o adquiridas- que en el resto. ¿Son las comodidades las que traen felicidad? No, puesto que cuando abundan los lujos, nos aburguesamos y siempre queremos más, generando en muchos casos una insatisfacción creciente. Cuándo reímos o estamos contentos, ¿estamos felices? No, no necesariamente. Alegría o risas no son sinónimo ni condición de la felicidad. Podríamos seguir jugando a las escondidas, pero mejor vamos al grano. Sabemos muy bien donde no está la felicidad, pero dónde está o al menos qué es, a ninguno se nos enseño en la escuela y no parece estar muy claro en el común de la gente. Estamos deseando para los niños algo que sabemos es bueno, pero no sabemos bien qué es, ni dónde encontrarlo. Esta situación sería algo parecido a ir de compras al supermercado con un listado de lo que no querés comprar, pero sin el listado de lo que sí. Con esa lista, ¡nunca saldrás del super satisfecho! Siempre quedará una sensación de que algo te falta, pero sin saber qué.
La felicidad es un sentimiento estable -y no efímero como la alegría- que surge como consecuencia de llevar una vida con sentido, es el bienestar y serenidad que sentís al saber que estás en la dirección correcta. Como dijimos, la felicidad no es estar contento o reírte todo el tiempo, sino una sensación de orgullo y tranquilidad de entregarte a eso que amás hacer en la vida siendo consecuente con vos mismo. Pero, ¿cómo reconocer e identificar cuál es ese camino o eso que amo hacer en la vida? Escuchando al corazón. En este sentido siempre les digo a mis consultantes: “el camino hacia tus objetivos está señalizado por dentro”. No es lo que papá, mamá o la sociedad espera de vos, sino lo que dicta tu corazón. Tampoco se trata de guiarte por los resultados del test vocacional de los psicólogos que dicen “vos tenés una gran inteligencia lógico-matemática, por lo cual deberías dedicarte a las ciencias duras”. Sí, está bien, seguro tiene esas habilidades, pero la felicidad no surgirá por hacer algo mejor que otros, sino, insisto, en hacer lo que ama. En este sentido el zorro le enseñaba al Principito “no se ve bien si no es con el corazón, pues lo esencial es invisible a los ojos”. Lo esencial –lo que nos hace auténticamente felices-, no lo percibimos con los sentidos, sino con las emociones. Son cada una de las emociones las que nos informan donde está y donde no, la senda correcta -hacia la autorealización personal-.
Estoy convencido de que en el mundo necesitamos más personas que amen lo que hacen, y no que busquen tener más. Porque cuando encontramos eso que amamos hacer en la vida, nos movemos con una entrega infatigable y apasionada, que en sí misma es profundamente gratificante, y que además, por si fuese poco, trae la consecución de objetivos deseados. Así, la psicología positiva da perfecta cuenta que el involucrarse y entusiasmarse con actividades saludables actúan a modo de barrera contra los trastornos psicológicos. Así por ejemplo un joven o adulto rodeado de afectos, amistades, deporte, estudio y proyectos o hobbies que ame, no será proclive al consumo de drogas, riñas ni otras conductas riesgosas, pues su vida estará llena de hábitos salutógenos y gratificantes que disfruta, los que no dejan espacio a la patología. Sin embargo, muy probablemente en aquellos sujetos que tengan excesivo tiempo ocioso no tardará en anidar el pesimismo que tarde o temprano lo llevarán a estados emocionales perjudiciales. De los que a su vez, eventualmente, buscará escapar mediante placeres vacuos empeñando la vida, pagando el precio de no escuchar al corazón.
Entonces, qué te parece si también “equipásemos” a los niños con habilidades emocionales desde muy chicos, brindándoles un espacio donde se los acompañe a conocerse a sí mismos, para aprender a identificar sus emociones y pensamientos, tal y como en la actualidad se trabaja en establecimientos educativos de muchos países del primer mundo. Hablo de que tengan una asignatura donde ejerciten habilidades emocionales y sociales, de comunicación, resolución de conflictos, que les permita descubrir sus vocaciones, sus gustos, sus habilidades e intereses. En fin, auto-descubrirse, para disfrutar de una existencia plenay lleguen a ser todo lo que cada uno de ellos pueda llegar a ser, desplegando al máximo sus potencialidades, apreciando en el mejor de los sentidos el hecho de que somos únicos e irrepetibles. Cultivaríamos así la autoestima, base de la confianza en sí mismo y escudo protector que los ayudará a reaccionar ante los desaciertos, las pérdidas, la vergüenza e inmunizándolos ante tentaciones como las drogas, alcohol o embarcarse comportamientos riesgosos, estableciendo lazos afectivos auténticos con sus pares y tutores, donde se respeten a sí mismos y exijan respeto de los demás.
Hablar con los niños sobre sus sentimientos les enseña que es normal sentirse enfadado o triste y hasta tener miedo, aprendiendo así a manejar y tolerar dichos estados. Cuando pueden identificar sus sentimientos, pueden resolver sus problemas y elegir mejor en pos del cumplimiento de su proyecto personal.
La Educación Emocional es una estrategia de promoción de la salud que busca mejorar la calidad de vida de las personas mediante la dinamización de habilidades emocionales y hábitos salutógenos. Se trata de educar desde y para la salud, buscando esparcirla y fortalecerla, cuyas técnicas son de baja complejidad, y por tanto de fácil y económica implementación. Además, por si fuera poco, al instalar hábitos salutógenos se obtienen resultados sustentables, es decir, que perduran en el tiempo. Se trata de tecnologías psicológicas de vanguardia al servicio, no ya de la industria del marketing y el lucro como estamos acostumbrados, sino de la educación y el bien común.
Sé positivamente del esfuerzo y vocación de muchos docentes que están implementando la Educación Emocional en el aula con sus alumnos, pero a pesar de los logros alcanzados, no dejan de ser esfuerzos aislados dentro de un universo de necesidades y problemas existentes en las bastas extensiones de nuestra Argentina (como de muchos países del mundo). Por tanto, una política que pueda dar cuenta de la compleja red de actores y variables que influyen sobre los niños y familias, y que logre un cambio radical combatiendo el mercado de la enfermedad e inseguridad, sabemos, no se agota en un programa ni termina al implementarlo en algunas escuelas. Para asegurar los resultados que nos proponemos es necesaria una continuidad y mantenimiento en el tiempo de estas propuestas logrando llegar a todas las escuelas. Es por ello esencial el compromiso de autoridades políticas y gubernamentales para llevarlo a cabo a gran escala y mantenerlo en el tiempo, dado que si sus esfuerzos se centran en los periodos electorales o bien buscan resultados inmediatos dentro del propio mandato, la solución es superficial y efímera, no alcanzando las raíces del problema, sino más bien, dejándolas intactas para que florezca posteriormente con aún más fuerzas. Si nos ocupamos de situaciones urgentes, y no de proyectos a futuro, procrastinamos el desarrollo y crecimiento de la sociedad. De este modo, las pululantes situaciones de  precariedad imponen la emergencia de destinar recursos para “emparchar sobre lo parchado”, no dando la posibilidad de trabajar en lo estructural, arrojando como resultado una vulnerabilidad creciente, que justifica cada vez más las intervenciones de resultados efímeros, ante estas –curiosamente- más frecuentes situaciones “inesperadas”.
Finalmente quiero destacar que hacer Educación Emocional no es una ocurrencia de quienes frecuentemente fuimos tildados de “humanistas románticos” o simplemente locos… Es un pedido, nada más ni nada menos que de la Organización Mundial de la Salud. Sí, la OMS propuso el desarrollo de las “Habilidades para la vida” (life skills) ya en el año 1986, luego en el 1993 elaboró un nuevo documento centrado en la Educación (Life Skills Education in School) en el cual define dichas habilidades como “Capacidades para adoptar un comportamiento adaptativo y positivo que permita a los individuos abordar con eficacia las exigencias y desafíos de la vida cotidiana”. Luego en 1998 en un Glosario sobre promoción de la salud especifica desarrollar en el ámbito educativo 10 habilidades para la vida, de las cuales seis son habilidades emocionales en forma específica[1]. Estos documentos se basan en una contundente e incuestionable evidencia científica de los beneficios de hacer Educación Emocional.
Por fortuna, o mejor dicho, idoneidad de ciertos diputados y senadores que están pensando la educación del próximo veinteno, ya están considerando seriamente la Ley de Educación Emocional y están trabajando para que algún día los alumnos de todos los establecimientos educativos de todos los niveles reciban estas enseñanzas. Estamos seguros que Dicha ley será un ejemplo que muchas otras ciudades seguirán.
Lic. Lucas J. J. Malaisi

[1]  Las habilidades para la vida propuestas por la OMS son: (las subrayadas son habilidades emocionales)

  1. Capacidad de tomar decisiones
  2. Habilidad para resolver problemas
  3. Capacidad de pensar en forma creativa
  4. Capacidad de pensar en forma crítica
  5. Habilidad para comunicarse en forma efectiva
  6. Habilidad para establecer y mantener relaciones interpersonales
  7. Conocimiento de sí mismo
  8. Capacidad parar para establecer empatía
  9. Capacidad para manejar las propias emociones
  10. Habilidad para manejar las tensiones o estrés

jueves, 28 de agosto de 2014

TODO NIÑO NECESITA UN CAMPEÓN

Carles Monereo: “Dime cómo evalúas y te diré cómo aprenden tus alumnos” Tiching blog

Carles Monereo |Tiching
Así era...
Carles Monereo
Doctor en Psicología y fundador del grupo de investigación SINTE
De los niños de hoy en día, Carles Monereo envidia la alegría y las ganas con las que van al colegio. Para él era como ir a hacer la mili, dice, un ambiente hostil en el que le daban de desayunar leche en polvo cada mañana. Ser un genio de las canicas amenizaba seguro aquellas jornadas: en su estuche había más esferas de vidrio de colores que lapiceros.
¿Tenemos claros los objetivos de las evaluaciones?
Evaluar cubre un amplio espectro de objetivos, desde acreditar unos conocimientos, competencias, capacidades; hasta dar un feedback al alumno y al profesor del proceso de aprendizaje en sí. Cuando evaluamos sabemos si la persona que está aprendiendo va por buen camino o no. También sirve para dar cuentas a la sociedad sobre cómo se educa a los ciudadanos.
¿Cómo evaluamos a nuestros alumnos?
Es complicado definirlo porque nuestro sistema es muy diverso. Hay centros que están muy en línea con la educación por competencias y por lo tanto  evalúan de acuerdo a este sistema, pero hay otros que continúan perpetuando un  método más sumativo, que evalúan conocimiento estático, conceptos declarativos. Este último responde más a una evaluación cuya finalidad  es únicamente acreditar conocimientos.
¿Cuál de las dos es el  mayoritario?
Aún impera la evaluación sumativa, que yo entiendo que es la que tiene menor interés educativo, aunque en ocasiones y en determinados contextos pueda resultar útil.
¿Pero si no educamos como antes, por qué se evalúa como antes?
En los métodos de evaluación también se detecta una evolución. Pero ahora mismo te puedes encontrar que dentro de un mismo centro, incluso de un mismo departamento, los profesores evalúen de forma distinta. Creo que el problema es que la evaluación siempre se ha considerado al margen del aprendizaje, no como parte de él.
¿Evaluar también es una forma de enseñar, entonces?
Claro, es un proceso conjunto. Si no sabes qué vas a evaluar ni cómo lo vas a hacer, ¿cómo decides qué es lo que vas a enseñar y cómo vas a hacerlo? Desde el punto de vista de la educación por competencias, por ejemplo, la diferencia entre una actividad que sirve para evaluar y una que sirve para enseñar tiene pocas diferencias; únicamente los recursos y ayudas que les des a los alumnos para solventar la situación que les plantees.
¿Una misma actividad puede servir entonces para enseñar y evaluar a la vez?
Sí, un mismo ejercicio puede servir para ambas cosas. Lo que se propone cada vez más es que las actividades de evaluación también sirvan para el  aprendizaje.
¿La evaluación sumativa no contribuye al aprendizaje del alumno?
Contribuye a cierto tipo de aprendizaje de tipo memorístico. Adquieres conocimientos muy útiles para ganar en programas de televisión o en juegos de mesa de culturilla general, pero se trata de un aprendizaje poco funcional.
Denos un ejemplo de evaluación innovadora.
A mí me gustan mucho las evaluaciones auténticas, las que plantean al alumno una situación real, como la que puede encontrarse en su día a día, como ciudadano en primaria o como profesional en la educación superior. De esta forma se activan los conocimientos, las aptitudes, el vocabulario, la comunicación, etc.
¿Cómo son las evaluaciones que planteas a tus alumnos?
Mis alumnos serán futuros psicólogos escolares y para evaluarles les propongo una situación verídica: deben ayudar a un profesor real a crear una unidad didáctica atractiva sobre un tema determinado para un grupo de alumnos con unos perfiles determinados. Pero no se trata de una simulación, se trata de casos reales. El profesor al que ayudan además participa en algunas clases y pone algunos  puntos de la nota final de mis alumnos. Este tipo de evaluaciones es lo que llamamos una evaluación auténtica.
 ¿Y este tipo de evaluación motiva o asusta a los alumnos?
Generalmente les asusta al principio, principalmente a los que suelen sacar buenas notas porque les rompe los esquemas de estudio que les funcionan bien. Pero tengo la certeza de que al final del curso el 80% de los alumnos están satisfechos con la evaluación, ya que les pido que, de forma anónima, respondan a un cuestionario para valorar las dinámicas de la clase.
¿Y queda satisfecho con las respuestas de sus alumnos?
Más que quedar satisfecho sirve para poner el termómetro a la clase. A veces los profesores no nos damos cuenta de lo que pasa en el aula. Con este cuestionario acabo averiguando por ejemplo, qué temas explicados en clase no han quedado claros, o qué problemas han tenido los grupos de trabajo cooperativos en los que se integran los alumnos para trabajar en clase.
¿Qué definirías como pautas claves para desarrollar una evaluación auténtica?
Este tipo de evaluaciones deben poner al alumno frente a situaciones lo más realistas posibles para que desarrollen y activen todos sus conocimientos y aptitudes. Hay que tener en cuenta y permitir el uso de todas las herramientas que los alumnos tendrían en la vida real. Mis alumnos pueden usar los apuntes, internet, llamar por teléfono, consultar con otros profesionales, etc.
¿Y en primaria y secundaria?
Lo mismo. Se trata de que los alumnos utilicen los recursos que han aprendido en clase enfrentándose a problemas reales que se encuentran en el día a día, como ir a comprar por ejemplo o entender un prospecto de un medicamento. En situaciones reales los niños y niñas tienen la oportunidad de desplegar conocimiento de matemáticas, lengua, ciencias naturales, pero también de activar actitudes, emociones, procedimientos, etc.
¿Los profesores saben transmitir la importancia de las evaluaciones?
Los alumnos aprenden en función de cómo les evalúas y por consiguiente es fundamental trasmitir muy claramente y desde el primer día qué esperas de ellos. Si planteas a tus alumnos evaluaciones reales, resulta más fácil que los alumnos entiendan cuál es el sentido de lo que vas a enseñar. Pero si propones conceptos abstractos para formular unos cálculos o analizar unas frases que a lo mejor un día les sirven para algo, difícilmente el alumno se motivará.
¿Qué es lo más importante para transformar las evaluaciones?
Debemos tener claro qué es lo que queremos evaluar. Esas listas interminables de competencias abstractas que abundan ahora en las programaciones no ayudan demasiado. Es mejor que cada profesor determine, en primer lugar, qué situaciones auténticas deberán ser capaces de resolver sus alumnos al final de curso y luego diseñe las unidades y planifique las clases de acuerdo a esas situaciones de evaluación.

APRENDIZAJE COMPETENCIAL



Trabajar de forma más competencial comporta pequeños cambios en nuestro modo de trabajar en el aula.
enseñanza y aprendizaje de competencias
1. Trabajar de forma competencial implica trabajar los contenidos de forma integrada.
Las competencias básicas están formadas por 4 componentes básicos: los contenidos factuales, conceptuales, procedimentales y actitudinales. Este hecho implica plantear actividades de aprendizaje que permitan al alumnado aplicar los cuatro tipos de contenidos de formaintegrada.
¿Por qué deben aplicarse de forma integrada los conocimientos? Porque es imposible resolver cualquier problema de la vida sin utilizar, para su resolución, estrategias y habilidades sobre unos componentes factuales y conceptuales dirigidos, inexcusablemente, por una pautas o principios de acción de carácter actitudinal. Por ejemplo, ante una acción tan corriente como cocinar, estamos aplicando, de forma integrada, todos nuestros conocimientos: seleccionamos los ingredientes (hechos) más adecuados en base a una receta (procedimiento) de manera que comamos de forma sana y equilibrada (actitud).
2. El alumnado será más competente si aplica sus conocimientos sobre aprendizajes que sean funcionales.
Los contenidos trabajados en el aula deberían ser aplicados sobre hechos reales o problemas cotidianos.
Conectar los intereses del alumnado con los contenidos curriculares puede ayudar a mejorar eldesarrollo de sus competencias.
¿Cómo conocer sus intereses? ¡Escuchandolos!: de qué hablan, qué les interesa, con quién se relacionan, cómo se relacionan…
3. Ser más competente implica ser más autónomo.
Un/a alumno/a será más competente si reflexiona sobre lo que hace, lo razona o argumenta y es capaz de comunicarlo convenientemente.
Es importante que el alumnado proporcione respuestas abiertas, planteándose dudas que le ayude a reelaborar el conocimiento y, a la vez, que sea consciente de sus aprendizajes.
Sería necesario que el alumnado trabajase en situaciones donde pueda aplicar, eficazmente,aquello que ha aprendido, transfiriendo sus aprendizajes al análisis y la resolución de nuevas situaciones, poniendo en práctica valores y actitudes de convivencia.

Trabajar de forma más competencial en el aula comporta cambios metodológicos en la forma habitual de trabajar. Implica trabajar sobre situaciones reales en los que aplicar, de forma integrada, conocimientos, habilidades y actitudes.

EJEMPLOS PARA TRABAJAR LA COMPETENCIA LINGÜÍSTICA


LUEGO DE INTERIORIZARTE SOBRE LA COMPETENCIA LINGÜÍSTICA, TIENES A TU IZQUIERDA DIFERENTES TEXTOS PARA EVALUAR.

lunes, 25 de agosto de 2014

TORTA EN TAZA



SI TIENES DESEOS DE COMER ALGO DULCE, O DARLE UNA SORPRESA A ALGUIEN ENTU FAMILIA...AQUÍ TIENES UNA SABROSA IDEA...

sábado, 23 de agosto de 2014

jueves, 21 de agosto de 2014

Imma Marín: “El juego es emoción, y sin emoción no hay aprendizaje” Tiching blog

Imma Marin |Tiching
Así era...
Imma Marín
Directora de Marinva
A Imma Marín le gusta jugar, suponemos que nacer una noche de Reyes tuvo algo que ver. Si volviera a nacer, no sabemos si escogería el mismo día, pero sí nos ha chivado que se pediría ser Game Designer, un nuevo perfil profesional que se desarrolla en Estados Unidos. Eso sí, disfruta de lo lindo haciendo trampas y confesándose al final. ¿Qué gracia tienen las trampas si nadie sabe que las has hecho?
¿Jugamos poco en las aulas?
Hasta hace poco no estaba muy bien visto jugar en clase. Existía la creencia de que las horas lectivas debían hacerse fichas, más o menos divertidas, y el juego era una actividad residual. Se juega si sobra tiempo. Pero detectamos cambios, sí, cada vez se juega más y mejor.
¿Qué quiere decir con que jugamos mejor?
El juego no es sólo un divertimento, es una técnica y puede llegar a ser una estrategia educativa si así lo queremos. Jugar es una actitud vital.
¿A qué hemos estado jugando hasta ahora en las aulas?
En las aulas se introducían juegos muy ligados a conocimientos curriculares concretos, a conceptos que requerían repetición y memorización: dominós de abecedarios, juegos deconectar países con capitales, juegos relacionados con las partes del cuerpo humano… Pero hasta ahora no hemos jugado con el objetivo de desarrollar capacidades o de alcanzar conocimientos nuevos por nosotros mismos.
¿Qué elemento ha hecho cambiar nuestra perspectiva del juego?
La perspectiva está cambiando poco a poco, pero creo que ha sido importante redescubrir el juego y desarrollar la gamificación en el mundo adulto profesional. Introducir el juego en dinámicas propias de empresas nos ha hecho cambiar un poco el chip.
¿Qué beneficios tiene el juego como estrategia educativa frente a otros sistemas?
El juego es emoción, y como ya defienden muchos estudios de neurociencia, no hay aprendizaje si no hay emoción. Cuando jugamos asumimos retos, nos esforzamos, nos volvemos perfeccionistas. A los 7 años, las niñas pasan más horas del revés que de pie, porque hasta que no saben hacer el pino perfectamente no paran. Nadie les ha dicho que lo deben hacer, pero es un “auto reto” que asumen con intensidad.
¿Qué es lo que hace atractivo el juego?
Yo creo que cuando planteas un juego, estas planteando un reto, un objetivo, que puede ser educativo aunque el alumno no lo asuma como tal. El juego también es narrativa si se plantea como una competición, como una aventura.
¿Y por qué cree que el juego no forma parte de las técnicas de aprendizaje o que no es en sí mismo una estrategia dentro de los centros formativos?
Porque no estaba bien visto, como hemos dicho antes. Algunos profesores sí intentaban aplicar el uso del juego como parte del sistema pero, definitivamente, es una apuesta del centro el incluir el juego como estrategia y como método.
¿Qué cree que hace falta para hacer este paso?
Han de cambiar muchas cosas. En primer lugar, que los equipos directivos apuesten por ello. Que la formación de los profesores les ayude a desarrollar su capacidad de jugar, y que se deshagan de la concepción de que ellos son el centro de la clase. Las aulas deben ser “alumnocentristas” y dejar de lado la creencia de que los niños y niñas sólo aprenden si el profesor se lo explica.
¿Cree que los profesores no saben jugar?
El juego es una capacidad humana como pensar, amar o memorizar. Si no se entrena, se trabaja, se desarrolla y se pone en práctica, nuestra capacidad de jugar se reduce. Sí que sabemos jugar, pero olvidamos las dinámicas y las lógicas del juego.
¿Qué recomienda a los profesores?
A los que estén interesados en integrar estrategias de juego en su metodología, que hagan comunidad. El trabajo del profesor es muy solitario y es necesario sentirse arropado, intercambiar experiencias, propuestas y opiniones. Es importante que los profesores logren que esto sea un tema de reflexión dentro de sus centros, ya que si no se implica toda la comunidad educativa, el maestro al final se cansa y se quema.
¿Qué cambiaría de las escuelas de hoy en día?
El sistema educativo está en crisis y hay que aprovechar la oportunidad para proponer alternativas. Yo, evidentemente, utilizaría el juego como sistema, pero también cambiaría la estética y distribución de las aulas y, sobre todo, los patios.
¿Los patios?
Un niño de primaria pasa más de 5000 horas en un patio, y es un espacio en el que, por ejemplo, el profesor no tiene claro cuál es su papel. Es el único espacio del colegio destinado al juego y no está adaptado a ello, ni morfológicamente ni organizativamente.
La implementación de las TIC en las aulas, ¿favorecen o reducen el tiempo de juego?
Depende. En los centros donde se ha implementado el uso de TIC sin una formación específica al profesorado, sólo han logrado reforzar la figura del maestro y su clase magistral, porque piensan que ahora pueden poner dibujitos y animaciones que apoyan su discurso, cuando en realidad las TIC vienen a reforzar el aprendizaje partiendo del propio alumno.
¿Crees que los profesores sacan poco provecho de las tic?
No conocemos aún todas las aplicaciones que nos pueden ofrecer.  Precisamente los entornos digitales favorecen el intercambio de experiencias entre profesores también, lo que comentábamos antes de crear comunidad. En Tiching se hace por ejemplo alrededor de los contenidos. Debemos aficionarnos más a compartir experiencias, dudas, miedos, a proponer, a participar etc.

miércoles, 20 de agosto de 2014

GRAMÁTICA

Juegos en equipo. Tiching blog

La competitividad únicamente fomenta la desigualdad, la injusticia y el individualismo; como consecuencia de que siempre es necesario perdedores para que haya ganadores. Por ello, aprovechando la semana temática del juego, te traemos una selección de geniales propuestas para pasarlo en grande, con las que además podrás trabajar interesantesvalores cooperativos y emocionales. ¡Toma nota!
Juegos en equipo |Tiching
  1. Nudo humano: Esta genial actividad provocará multitud de risas y buenos momentos. ¿Seréis capaces de desenredar un complicado nudo de manos sin soltar ninguna? ¡Es todo un reto!
  2. Me pongo en tu lugar: Una interesante propuesta para trabajar el desarrollo de la empatía y entender los puntos de vista de otras personas. Los más pequeños jugarán por un rato a ser otra persona; y tendrán que vestirse, hablar, moverse y pensar como ella.
  3. El juego del silbato: Aprender a escuchar generalmente no es tan sencillo como parece. Este juego pretende mejorar la capacidad de escucha y de concentración de los más pequeños. ¿Podrán descubrir qué persona ha pitado con el silbato?
  4. El ovillo: Todo un empujón de autoestima y una actividad genial para valorar las cualidades personales de uno mismo. En esta actividad, el grupo compartirá las cosas que más les gustan del resto de compañeros, ayudando a fortalecer los lazos entre sus componentes.
  5. Aprende a escuchar: Este recurso pone énfasis en la importancia de la atención, el respeto del turno de palabra… Para hacerlo se proponen diversas actividades, desde la audición de un cuento hasta una actividad en la que el turno de palabra está representado por un palo.
  6. Silla cooperativas: ¡El competitivo juego de las sillas musicales ya ha pasado de moda! Ahora las personas que se queden fuera en las primeras rondas no tendrán que esperar aburridas hasta que acabe el juego. ¿Quieres descubrir esta nueva forma de jugar mientras mejoras la cooperación entre los miembros del grupo?
  7. Mi árbol de cualidades: Fomentar el desarrollo de la autoestima y enseñar a los más pequeños a valorarse y a quererse a sí mismos en ocasiones no es tarea fácil. Esta actividad fomenta el autoconocimiento y que los más pequeños aprendan sus cualidades positivas y negativas, y que pueden trabajar en cambiarlas y mejorarlas.
  8. Cadena de transmisión: Reflexionar sobre la comunicación es una genial forma de darle valor y aprender a mejorarla. Esta actividad nos propone hacerlo mediante la palabra y la mímica, según la edad de tus estudiantes. ¿Te animas?
  9. El valor de la tolerancia: Un juego que nos plantea diferentes situaciones conflictivas y que propone que los estudiantes aprendan a argumentar diversas posiciones y a respetar todas ellas. ¡Porque aprender a debatir de forma respetuosa es importantísimo!
  10. Círculo de confianza: Con esta actividad se pondrá a prueba la confianza entre los miembros del grupo, y puede ser también una genial propuesta para fortalecerla. ¿Qué se siente al hacerte consciente de que dependes en tanta medida de los demás?

ISSUU PARA TODAS LAS CLASES ( Ciclo básico y primaria)México

CUENTO: EL PLANTADOR DE DÁTILES. Jorge Bucay



PARA REFLEXIONAR:
Cuántas veces en nuestras vidas tenemos la sensación de que nuestros esfuerzos y dedicaciones caen en saco roto! Y sin embargo, la vida misma nos va demostrando que eso no es cierto.
Aunque muchas veces tenemos que armarnos de paciencia,y saber esperar, las cosas se irán acomodando, en su momento, esperando el plan de Dios.
Dios es rico de tiempo y sabrá recompensar nuestros desvelos.
Nuestro camino: la siembra.
Nuestra recompensa: que esa semilla caiga en algún terreno con potencialidades, tierra fértil.
La cosecha vendrá por añadidura, en la alegría de la siembra, en la tristeza de la espera, en la esperanza del será.
El tiempo de cosecha, vendrá en el momento justo y bajo las más variadas formas.
El verdadero rico no es el que más posiciones tiene, sino el QUE MENOS NECESITA. Más sabiduría y amor.
Se cosecha lo que se siembra. El que siembra AMOR, tarde o temprano cosechará sus frutos.
El que siembra ODIO, ENVIDIA, RENCOR, en algún momento de su vida padecerá lo que sembró.
Seguimos sembrando, a pesar de todo porque la siembra nos distingue como HUMANOS.
Seguimos sembrando porque nos mantiene vivos.
Seguimos sembrando, porque creemos en el surco, porque creemos en la VIDA.

jueves, 14 de agosto de 2014

"EL DOCENTE ES EL GRAN CATALIZADOR DEL CAMBIO"


Helena LopezCasares | Tiching
Así era...
Helena López-Casares
Periodista, coach y docente
En el colegio lo que más le gustaba eran los profesores entusiastas, capaces de dar ejemplo y de animar a los alumnos a superarse. Si cierra los ojos, es capaz de verse en la clase de la profesora que tuvo a los seis años, haciendo un ángel coloreado y adornado con virutas de papel dorado que aún conserva.  Odiaba la incoherencia y los climas de miedo, y disfrutaba enormemente de los fines de semana en casa de sus abuelos.
Periodista, coach, experta en comunicación y en habilidades directivas ¿Cuándo comenzó a interesarse por el mundo de la educación?
Desde que empecé a trabajar y comencé a preguntarme cómo habría sido la infancia y el tipo de educación de las personas conflictivas que encontraba en mi entorno. Más adelante, entré en el mundo de la formación y de la educación emocional como profesora.
Ha afirmado que el sistema escolar se ha quedado “obsoleto”, que aprendemos igual que hace años. ¿En qué basa esta afirmación?
La forma de entregar las materias no difiere demasiado de otras épocas. Se han incorporado las nuevas tecnologías en muchos casos, pero seguimos basados en el sistema de exámenes sin comprobar realmente si el alumno ha absorbido la asignatura y ha asimilado su comprensión.
Entonces, ¿no ha cambiado la educación desde que usted estudiaba hasta ahora? 
Lo que ha cambiado es que el alumno ha adquirido muchos derechos y el profesor se siente indefenso en algunos casos. El profesor es la figura líder del aula y debe dar ejemplo, pero hay algo que se llama ‘límites’ y que algunos padres ya no ponen, y eso está acarreando bastantes problemas. La vida es un espacio abierto con cabida para todos. La verdadera libertad consiste en asumir que hay reglas de funcionamiento, pero sin que éstas supongan una afrenta difícil de encajar. Debemos hacer fuertes a nuestros jóvenes y eso implica poner límites y que sepan tolerar la frustración.
¿Qué le hace falta a la educación para evolucionar?
Creernos que la educación es lo que salva a las personas y sana a las sociedades. Debemos intentar extraer los talentos y ofrecer un tipo de educación que forme a personas capaces de ocuparse de sus vidas con responsabilidad y ganas.
¿Cómo pueden aplicarse sus conocimientos sobre inteligencia corporal, inteligencia emocional y coaching a este ámbito?
Con dinámicas, reflexiones, debates, trabajos, relatos… Tenemos que abrir la caja mental de los estudiantes y hacer que trabajen los elementos que la componen. Hay que animar al alumno a expresar su opinión de forma integradora, a ir más allá de los planteamientos de los libros, a cambiar el enfoque…
¿Deben entonces los profesores mejorar sus habilidades en estos sentidos?
Sí, porque el profesor es una figura esencial en la sociedad y es el gran catalizador del cambio. Es básico que el profesor trabaje para que el alumno sea parte de su experiencia de aprendizaje y para ello le debe implicar en el proceso como parte activa.
¿Cómo influye la creatividad en la educación?
La creatividad bien trabajada supone la puesta en marcha de seis habilidades: la capacidad de apartar el juicio para que emerja la semilla creativa; el arte de hacer preguntas para abrir posibilidades y pensar más allá de lo obvio; la ampliación de los límites de las cosas y de las ideas, lo que implica tolerancia; el cambio de perspectivas,  lo que supone empatía; la posibilidad de hacer asociaciones, lo que aporta flexibilidad, y la posibilidad de imaginar las consecuencias.
¿Cuál es el equilibrio al que hay que llegar entre reglas/normas y creatividad?
El hecho de que haya normas no implica necesariamente que se corte la creatividad. Precisamente, la creatividad es una metodología que implica una disciplina y una organización. Los niños sin reglas no son niños creativos, son niños dispersos y sin capacidad de concreción. Las personas creativas tienen método, dirección y objetivos.
Comenta que las herramientas sociales son las generadoras del cambio… ¿Qué tipo de herramientas son las más necesarias?
Para mí una de las herramientas más importantes del cambio es el tipo de lenguaje que utilizamos. Si estamos la mayor parte del día afirmando que las cosas son difíciles, que todo cuesta o que esto no es para nosotros, dejamos aparcada la capacidad de crear y cambiar. Debemos cuidar nuestras expresiones y agradecer más, afirmar que nos gusta la gente, que el día que tenemos por delante va a ser estupendo o  que la vida está llena de oportunidades. Un profesor con esta habilidad genera un efecto contagioso fantástico en sus chicos.
¿Cómo podemos contribuir a desarrollarlas?
Creo que es importante que decidamos si queremos tener aulas con chicos tristes que estén intentando sobrevivir o aulas alegres con chicos enamorados de la vida. Éste es el punto de arranque. A partir de ahí, los profesores tenemos que ser coherentes e incorporar estas habilidades a nuestra forma de vida.
¿Cómo debe ser el profesor que motive hacia ese cambio?  ¿Qué características o personalidad debe tener?
Como Leonardo da Vinci, que hizo de su inteligencia creadora su lema de vida. Un ser humano inquieto y profundamente observador, con una curiosidad insaciable, la habilidad para combinar la mirada del niño con la experiencia del adulto y facilidad para aplicar lo que descubría de manera concreta.  Una persona con pasión por la vida, tolerante,  que tenía la certidumbre de que todo estaba conectado y le  otorgaba al ser humano la importancia que merecía. Existen muchos Da Vinci en el mundo de la educación que están creando realidades maravillosas con los recursos de que disponen, aunque sean escasos.
¿Cómo cree que las plataformas educativas como Tiching pueden ayudar a mejorar la educación?
Tiching es una gran comunidad de intercambio y relación. Mejora la educación porque crea conciencia y reúne voluntades de personas comprometidas con el ejercicio de su profesión de maestro y con su papel como padres. Es un excelente punto de encuentro para avanzar desde el conocimiento. Tiching abre la mente a otras realidades.

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